El bargueño más típico es el salmantino, llevan la caja de nogal con tapa abatible y herrajes de chapa de hierro recortada, a veces dorada y suelen llevar también como pequeños leones esquematizados. Una vez abiertos muestran su frente dorado con incrustaciones de hueso embutido, en España no se suele utilizar marfil, pareciendo pequeños retablos.
Los catalano aragoneses del siglo XVI tienen una decoración de taracea de hueso de vaca y madera de boj sobre nogal de tipo plateresco a veces manierista. Estos muebles son muy preciados y salen pocos al mercado, cuando salen son objeto de atención por parte de de museos y coleccionistas muy expertos.
El bargueño castellano del siglo XVI donde se puede incluir el bargueño toledano, suele ser de nogal con decoración de tipo plateresco o manierista. En el siglo XVII se mezclan los dos estilos mudéjar y plateresco. Predomina la talla con motivos vegetales, angelitos o niños con cartelas en los cajones y en las puertas aparecen bustos o escudos.
Alrededor a 1600 se pone de moda un tipo de bargueño muy austero decorado con molduras o tallas de tipo geométrico. A lo largo del siglo XVII el modelo más popular fue el salmantino.
En la actualidad se pueden encontrar bargueños en buen estado pero lo que resulta extraño es que conserven las cerraduras originales, con el uso se han ido gastando. Los más apreciados son los que tienen adornos de carey, hueso y marfil. Generalmente estos muebles están realizados en nogal o plancha de nogal sobre madera menos rica.